Dicen que no valoramos la salud hasta que el cuerpo comienza a gritar, pienso en todo lo que nuestro cuerpo nos está diciendo a través de señales, dolor, entumecimiento, hormigueo, contracciones, infecciones. Es un mensaje que estamos escuchando o no…. jugar al “escondite” con tu cuerpo parece una misión imposible.

 Traduces su mensaje correctamente o no. No hay matices, lo que significa que cuando escuchamos la mitad del mensaje, y el nivel de dolor disminuye un poco. Es blanco o negro. Entender el mensaje que te envía tu cuerpo a través de un síntoma a veces es suficiente para que desaparezca, otras veces no. El esclarecimiento, sin embargo, es el primer paso para “trabajar con el mensaje”, es el trabajo desde la psicoterapia.

Llega a mi consulta una mujer, tiene casi 65 años y entre muchos problemas médicos también sufre ataques de pánico. Ella dice que siempre los ha tenido, pero recientemente se han vuelto más fuertes. Proviene de una familia que ha sido víctima de hostigamiento por parte del régimen militar. Su abuela materna recibió la información de que alguien del gobierno iría a su casa esa noche y podría arrestarla y confiscar todos sus bienes. Su marido (abuelo materno) ya estaba en la comisaría porque estaba siendo investigado. Su abuela se hizo cargo de la situación, empacó todo lo que pudo caber en un carrito y entregó el resto de sus cosas a algunos vecinos en quienes confiaba para su custodia. Tomó a los niños y salió del pueblo cuando oscurecía, para que nadie pudiera verlos.

Le pedí a mi consultante que imaginara lo que habría sentido si hubiera estado en los zapatos de su abuela. También le pedí que imaginara todo el contexto social e histórico, que considerara cómo vivía una familia en el país en ese momento, con todos los detalles relacionados con los medios y la capacidad para comunicarse y viajar. También le pedí que tuviera en cuenta todos los detalles de la vida cotidiana y la condición de la mujer en ese entonces. Tuvo poderosas revelaciones sobre las experiencias de su abuela durante esos tiempos y entendió cómo su cuerpo “dejaba salir” todo lo que su abuela no podía procesar en ese momento, ya que tenía que hacer frente a la situación actual y actuar con prontitud para salvarse a sí misma ya sus hijos. Más tarde descubrió que había vivido muchas otras experiencias de su abuela: traiciones de personas cercanas a ella, pérdidas. Te contaré más en los artículos dedicados al “Síndrome del Aniversario”.

Se dice que lo que no se ha expresado con palabras se comunicará a través del cuerpo. Dolores, secretos, golpes, tristezas, torturas, abusos, todos encuentran su camino en la memoria del cuerpo y buscan “salir” cuando el “portador” es capaz de traducir y comprender el mensaje de sus ancestros.

Florencia tiene 30 años y está angustiada porque su dermatólogo la envió a terapia. Periódicamente, áreas de su piel muestran pérdida de pigmento: en sus brazos y piernas, y a veces en el pliegue interno del brazo y antebrazo y de la pierna y el muslo. Un resumen de su historia familiar dice que su abuelo materno fue a una misión religiosa (como pastor protestante) mientras que la madre de Florencia tenía solo 12 años. También tuvieron otros cinco hijos. Perdieron la pista del abuelo poco después de su partida. La familia creía que lo habían matado. Su abuela materna nunca volvió a mencionarlo, aunque escuchó algunos rumores de que su esposo había encontrado a otra persona y tenía otra familia. En la familia, el tema del abuelo se limitó a un solo dato, que lo mataron mientras cumplía una misión.

Las áreas descoloridas de la piel no eran más que los “agujeros” en la historia de su familia, que inicialmente parecían no tener relación. A su historia familiar le faltaban piezas importantes del rompecabezas. Además, los dos pliegues corporales descoloridos simbolizaban el agua que separaba las dos islas entre las dos familias del abuelo, o por qué no, quizás las dos vidas del abuelo (doble vida).

Flor decidió averiguar qué pasó. Cuando comenzó a seguir los pasos de su abuelo, descubrió que había muerto dos años antes de que ella comenzara su búsqueda, y que en realidad se había asentado y tenía otra familia en otra isla, huyendo de la pobreza en la que había vivido.

El cuerpo es un ‘ente’ sabio que te vigila, pero también a tus antepasados. Un ‘ente’ sabio que sabe cuándo sacar los recuerdos, cuándo evitar que vayas por un camino equivocado y cómo guiarte por tu propio camino. Podría ser el mejor mentor posible que existe.

¿Cómo recuerda el cuerpo? ¿Qué recuerda el cuerpo? ¿Por qué el cuerpo recuerda?

Las respuestas son cada vez más detalladas, es decir, las explicaciones psicológicas han sido corroboradas por las neuro-psicología, y más recientemente por las del campo de la genética, es decir, la epigenética.

¿Y vos… cuál es el mensaje de tu cuerpo en este momento?

  Esta es la llave para hacerlo: ves al pasado, no solo como una memoria, revívelo. Haz de ello una meditación. Trata de descubrir todo lo que sucedió en tu infancia. Cuanto más profundo vayas, mejor. Porque estamos ocultando muchas cosas que sucedieron y así no dejamos que afloren, que salgan a la consciencia. Permite que afloren a la luz.”

   Estas destinado a la grandeza

¡Si te resuena, Te espero! sigue el enlace.

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